Estás a punto de comprarte un coche nuevo y no sabes por qué tipo de consumo decantarte. ¿Gasolina de siempre? ¿Diésel, que cada vez tiene más restricciones? ¿Gas? ¿Híbrido, que parece una buena idea? ¿Eléctrico, teniendo en cuenta lo caros que son?
En este artículo vamos a intentar aclararte algunas dudas.
Mucho se ha hablado de la legislación que prohíbe a los coches contaminantes acceder a los núcleos urbanos de mayor densidad. Por nuestra parte, creemos que al final esa prohibición alcanzará a todos los vehículos de uso personal, ya sean contaminantes o no, así que tampoco es un factor a tener en cuenta. Además, los gasolina/diésel modernos cuentan con etiquetas B y C, lo cual les permite el acceso actualmente.
También se ha gastado mucha tinta escribiendo sobre la futura electrificación del parque automovilístico nacional, sin embargo es una cuestión que no se vislumbra en un futuro a corto plazo, así que tampoco la vamos a tener en cuenta en esta clasificación. Vamos allá.
– Gasolina
El combustible por excelencia, que tuvo que compartir hegemonía con el diésel, pero que últimamente va ganando más adeptos. Es la opción más simple y equilibrada. No tiene limitaciones de autonomía, y gracias a las nuevas tecnologías, sus emisiones se han ido reduciendo acorde a la normativa.
- Gasolina 98
Cuenta con aditivos mejorados que ayudan a mantener limpio el motor, el sistema de inyección y el escape. Es capaz de mejorar las prestaciones del vehículo, dado que a octanaje mayor, más es su compresión, por lo que aumenta el rendimiento del motor. Este carburante es más usado por deportivos o de alta gama.
- Gasolina 65
Es más barata que la anterior, y su menor octanaje mejora el rendimiento de motores de uso cotidiano con menor cilindrada. Es más limpia que el diésel y la gasolina 98.
- Bioetanol
Con un octanaje de 104, es capaz de realizar menos kilómetros que la Gasolina 95, sin embargo es mucho más barato y limpio que esta.
– Diésel
Si el uso del vehículo va a ser primordialmente en núcleos urbanos, es normal que el conductor sienta cierta preocupación al utilizar un diésel. Las declaraciones políticas cuestionan la movilidad de estos vehículos en grandes ciudades, aunque los más modernos cuenten con etiquetas B y C que les permiten circular sin restricciones. Esto causa cierta alarma, con la consecuente caída de las ventas. No obstante, si el uso del vehículo va a realizarse en entornos rurales o ciudades menos masificadas, esta preocupación se difumina. Los diésel modernos siguen siendo la mejor opción para quien necesite recorrer gran cantidad de kilómetros, ya que su consumo suele ser entre un 10 y un 15% menor a un gasolina de la misma cilindrada.
- Gasoleo A
Mejor calidad y mayor refinado. Tiene los aditivos adecuados para los vehículos de uso diario.
- Diésel A+, Plus o Premium
Incorpora aditivos específicos que ayudan a prolongar la vida del motor. Es un poco más caro que el anterior.
- Biodiésel
Es el más limpio de los diésel. Además es capaz de eliminar las impurezas del depósito.
- Gasoleo B
Lo utiliza la maquinaria agraria y demás motores autorizados para ellos, como por ejemplo las embarcaciones. Es de menor calidad que el Gasoleo A y está menos filtrado, por lo que no es adecuado para el uso en coches.
– Gas licuado de petróleo (GLP)
Al igual que los gasolina, son motores sin restricciones de autonomía. Suelen contar con dos depósitos, uno pequeño para la gasolina y otro de mayor capacidad para el gas. El precio es lo que más llama la atención, puesto que ronda la mitad que la gasolina. Podríamos decir que es el combustible más limpio, ya que cuenta con etiqueta ECO. Cada vez son más las marcas que incluyen modelos con este tipo de alimentación, además es un sistema que se puede instalar en los vehículos a gasolina. El único punto negativo que podemos encontrar es la dificultad para encontrar puntos de repostaje, aunque la red aumenta día a día.
– Gas natural comprimido (GNC)
Es muy similar al anterior. En un vehículo a gasolina se monta un segundo depósito para el GNC. Cuando éste se acabe, el vehículo es capaz de pasar al segundo motor, el de gasolina. Es una opción más económica que el GLP y tiene mayor capacidad energética. También cuenta con etiqueta ECO. Lo malo es que la red de abastecimiento para este combustible es incluso menor que para el GLP.
– Híbridos
Son el paso intermedio hacia la electrificación. Son capaces de combinar el motor a combustión con el eléctrico. Este se alimenta con baterías que se recargan de forma cinética con la marcha del automóvil. Son vehículos más apropiados para quien se mueve en el entorno urbano y su principal ventaja es un menor consumo, lo que nos lleva a menores emisiones. Por descontado, cuentan con etiqueta ECO.
Los vehículos híbridos no son tan aconsejables para grandes desplazamientos, ya que su mayor peso y la ineficacia de los propulsores eléctricos en esta situación, provocan que el consumo sea mayor.
Sin embargo, sí que podemos disfrutar de un híbrido capaz de ser ventajoso tanto en ciudad como en carretera: el híbrido enchufable o PHEV. Pariendo de los mismos principios básicos que los híbridos normales, estos contemplan la posibilidad de recargar sus baterías conectándolas a la red eléctrica. De esta forma se pueden utilizar baterías de mayor capacidad, por lo que el vehículo es capaz de propulsarse en forma eléctrica en distancias más largas.
Los vehículos híbridos son más caros que sus versiones en motor de combustión.